Un escollo más encontró Silvia Natalia Molina para que el hombre al que acusa de violarla y dejarla embarazada, sea juzgado y condenado. La mujer luchó durante 18 años para que el esposo de su tía sea llevado a juicio oral. El jueves debía comenzar el debate, pero el imputado no se presentó y ahora pesa sobre él un pedido de captura internacional.
El juicio debía comenzar el jueves a la mañana en el Centro Judicial Concepción. El imputado, Juan Antonio Díaz, que es propietario de una parrillada en el sur de la provincia, no se presentó, y la audiencia tuvo que ser suspendida.
Los miembros de la sala II de la Cámara Penal, Carlos Pellegri, Carlos Meschwitz y Rolando Graneros, resolvieron ordenar la detención de Díaz, y pidieron su captura internacional. El viernes comenzaron a salir los oficios a las distintas policías provinciales y a Interpol Argentina, para que apenas sea encontrado, el imputado sea llevado a la cárcel de Concepción.
Pero lo que ya está descartado es que el juicio pueda realizarse este año, ya que sólo quedan cuatro días hábiles en el Poder Judicial de Tucumán. Fuentes judiciales comentaron que la intención de los magistrados es hallar al acusado durante el receso estival para poder llevar adelante el debate oral en los primeros meses de 2015.
Díaz había sido notificado debidamente de que comenzaba el juicio oral en su contra, pero no se presentó el jueves a la mañana y cuando fueron a buscarlo por la fuerza pública, nadie sabía dónde se encontraba.
El abuso
Silvia había relatado a LA GACETA el padecimiento que vivió durante 18 años, en una nota publicada el 24 de noviembre. Su tío la había violado y había quedado embarazada. En su familia no le creyeron, y terminó alejándose de ellos. Incluso tuvo que enfrentar el duro momento de tener que contarle a su hija cómo fue concebida.
La víctima tenía 14 años cuando su tío la violó, en 1996. La mujer accedió a que se publicara su nombre, porque quería que su historia se hiciera conocida. “El caso, en realidad, estuvo cajoneado por la Justicia hasta ahora”, había comentado Silvia.
“Es terrible revivir lo que me sucedió y tratar de explicarle a mi hija sobre su padre y cómo fue concebida. Repito que todo esto no hubiera sido necesario si la Justicia actuaba en su momento”, explicó Silvia, quien vive en pareja en Aguilares y es madre de cinco hijos.
“Todos me decían que eran mentiras. Que mi tío era un buen hombre. Incluso cuando le conté a su esposa, ella me pegó una cachetada”, relató. Su denuncia tuvo poco eco en tribunales. Cada vez que Silvia acudía a preguntar cómo estaba la causa, le preguntaban si de verdad quería seguir con el caso, y le recomendaban que lo diera por cerrado, comentó la mujer. “Me trataban como si yo fuera la victimaria. Mi familia también me presionaba”, contó.
Después de tanto padecimiento logró que la causa se elevara a juicio y que se enviaran muestras para hacer un ADN a su hija y confirmar la paternidad del supuesto abusador. Pero aún debe seguir esperando para tener justicia.